Estaba yo sentada, detrás del mesón, la tarde pasando lenta, y aburrida... no me gusta reemplazar en el Boletín, el trabajo es totalmente mecánico, con cero posibilidad de generar algún cambio que haga más amena la jornada. Aún así, me gusta atender público, a pesar que a veces ven en tu cara a la persona que las tiene metida “en dicom".
Estaba escuchando rock en la radio de mi celular (ni música tiene este sucurucho)... cuando entró un joven, delgado, con un chaleco con gorro. Se acercó a solicitarme algo... pero casi no lo podía escuchar, y no por la música en mi celular, sino porque el joven estaba bastante afónico.
Pero me acerqué yo a él para tratar de oír y reproducir lo que entendía, mientras él asentaba con su cabeza y su mirada inclinada por el mesón.
Me acercó su billetera, para poder registrar los datos desde su identificación, la verdad, estaba bien mal de la garganta este joven...
"Queda la escoba cuando uno se enferma", me dijo, refiriéndose a los protestos que figuraban en su Boletín Comercial.
Cuando le entregué su hoja, se quedó revisándola y haciendo más preguntas... "señorita, que va a pasar con estos antecedentes, cuando yo muera", me dijo.
Lo miré a la cara, y traté de disimular, mientras el se quitó el gorro del chaleco… su cabeza ya estaba totalmente calva.
Traté de explicarle, que pasaba con los antecedentes del Boletín... mientras él sonreía amablemente... "la verdad, no puedo limpiar estos antecedentes", me dijo, aunque en realidad, quiso decir, "ya no necesitaré tener mi dicom limpio"
Pensé, sus antecedentes quedarán en el Boletín, pero no se los revisarán para cuando tenga que partir al descanso.
Bueno, me dijo, gracias... "que buena música está escuchando", apuntando mi celular del cual sonaba música rock... y me sonrío mientras se ponía su gorro. Le sonreí yo también, le dije, hasta luego, que le vaya bien... mientras me quedé mirándolo alejarse hacia el ascensor.
"Pinchaste!!", exclamó Magda, que no me había dado cuenta, estaba en la fotocopiadora. No niña!!, le dije, ese joven, estaba enfermo, quería saber que pasaría con su dicom cuando muera, y es tan joven, no debe tener más de 25 años, le dije.
No recuerdo su nombre muy bien, ni siquiera me fijé cuando revisé sus antecedentes, ni en su edad... pensaba que debe ser una pena, ser tan joven, y saber que te vas a morir si o si, en poco tiempo... o quizá sea una bendición el saberlo?? y tener así el tiempo de dejar todos sus asuntos arreglados? Al final de la cuenta, todos nos moriremos en algún minuto.
Tener la opción de amargarte y cuestionarte, y revelarte por tu enfermedad, y tu situación... o agradecer la oportunidad de prepararte para cuando ya no estés.
Esa serenidad transmitía su rostro, y su sonrisa amable...
(DORI)